domingo, 24 de junio de 2007

Cómo cargarse a un intelectual sin ir a la cárcel.

No tengo la menor idea de quién fue el genio audaz que diseñó el anuncio televisivo de unos cuarentones, todos hombres, por cierto, - se supone que las mujeres de esa edad fueron extermninadas en los campos de Cazalú, al Sur de las Islas de las Cabras, que celebran haber inventado la palabra guay, la solidaridad y la amistad, y están encantados de haberse conocido e ir todos juntitos de cañas a la tasca. La música de fondo, que es de una época sin posible traducción al castellano, imaginamos, la colocó, de pegote, algún despistado sesentón con miopía, pues es de la época del Rascallú, más o menos, y según me comentó un ortodoxo que acaba de convertirse a algo. Dada la buena reputación de los publicistas españoles, que lo son, sobre todo cuando viajan a ver mundo, les rogamos cambien, a la mayor brevedad posible, el anuncio televisivo nefasto, a excecpión del tío bueno que pasea por la calle, pues la estética es la estética, y en un mundo con tanto golondrino que se cree Brad Pit, se agradece una cara agradable. Gracia que esperamos recibir y merecer todos los espectadores de España e Hispanoamérica, con cierto sentido común y sin moscones rumbosos zumbando. ¿ Usted rumbea? Sí, por supuesto. Pues no cuente conmigo porque no tengo ni la menor idea, querido Señor Smith. Ahora empezamos a comprender, con dificultad, la manida frasecita de: TODO ESTÁ DICHO Y ESCRITO, cuya traducción vendría a ser: TODO ESTÁ ESCRITO Y DICHO HASTA MI EXISTENCIA Y MI GENERACIÓN. Cargarse a una intelectual hembra es infinitamente más difícil que cargarse a un intelectual macho, según los asexuados, los que están de vuelta, y los precoces. A este paso, quien tanto ha vivido, o eso dice, terminará rezando el rosario en la iglesia que criticó, pues un puritano siempre será un puritano. En el caso de la hembra, sobre todo si no es fea ni enana, mi recomendación sería, para que el asesinato se haga efectivo, que el colectivo tenga al menos cincuenta miembros con criterio, con edades comprendidas entre los veinticinco y los treinta y ocho, ni uno más ni uno menos. Cuando veamos los resultados hablaremos de la ejecución. En el caso de que el intelectual sea un macho, basta, y ya lo dijo Propercio, con la sola opinión de una hembra para que quede seco, si sigue molestando.

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